Peter Sloterdijk & Walter Benjamin / Air Conditioning en el Mundo interior del Capital
Ambiente ✆ Ken Gailer |
Universidad
Andrés Bello (Chile) – Universidad
Complutense de Madrid
Andrés Bello (Chile) – Universidad
Complutense de Madrid
De los Pasajes a
los Invernaderos de la posmodernidad
los Invernaderos de la posmodernidad
Si hubiera que ampliar las investigaciones de Walter
Benjamin al siglo XX y principios del XXI, sería necesario –según Sloterdijk–
además de algunas correcciones en el método– tomar como punto de partida los
modelos arquitectónicos del presente: centros comerciales, recintos feriales,
grandes estadios olímpicos, edificios corporativos, centros de convenciones y
estaciones orbitales tendrían títulos como grandes úteros para masa infantilizadas,
Estados Uterotopos, etc. Sin duda alguna, los pasajes encarnaron una sugestiva
idea del espacio en los principios del capitalismo. Consumaron la fusión, que
tanto había inspirado a Benjamin, entre salón y universo en un espacio interior
de carácter público; eran un “templo del capital mercantil”, “voluptuosa calle
del comercio”, proyección de los bazares de Oriente en el mundo burgués y
símbolo de la metamorfosis de todas las cosas bajo la luz de su venalidad,
escenario de una féerie que embruja a
los clientes hasta el final de la visita.
Benjamin al siglo XX y principios del XXI, sería necesario –según Sloterdijk–
además de algunas correcciones en el método– tomar como punto de partida los
modelos arquitectónicos del presente: centros comerciales, recintos feriales,
grandes estadios olímpicos, edificios corporativos, centros de convenciones y
estaciones orbitales tendrían títulos como grandes úteros para masa infantilizadas,
Estados Uterotopos, etc. Sin duda alguna, los pasajes encarnaron una sugestiva
idea del espacio en los principios del capitalismo. Consumaron la fusión, que
tanto había inspirado a Benjamin, entre salón y universo en un espacio interior
de carácter público; eran un “templo del capital mercantil”, “voluptuosa calle
del comercio”, proyección de los bazares de Oriente en el mundo burgués y
símbolo de la metamorfosis de todas las cosas bajo la luz de su venalidad,
escenario de una féerie que embruja a
los clientes hasta el final de la visita.
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Una feria de vanidades donde el ceremonial social del lujo
no sólo exige su vendibilidad, sino que la presupone –del mismo modo como los
altos honorarios médicos del psicoanálisis forman parte del proceso de curación
del enfermo, en cuanto hace digna de crédito su voluntad–. Sin embargo, el Palacio
de Cristal, el de Londres – en 1850, que primero albergó las Exposiciones Universales
y luego un centro lúdico consagrado a la “educación del pueblo”, y aún más, el
que aparece en un texto de Dostoievski y que hacía de toda la sociedad un
“objeto de exposición” ante sí misma, apuntaba mucho más allá que la
arquitectura de los pasajes; Benjamin lo cita a menudo, pero lo considera tan
sólo como la versión ampliada de un pasaje. Aquí, su admirable capacidad
fisonómica lo abandonó. Porque, aun cuando el pasaje contribuyera a glorificar
y hacer confortable el capitalismo, el Palacio de Cristal –la estructura arquitectónica
más imponente del siglo XIX– apunta ya a un capitalismo integral, en el que se
produce nada menos que la total absorción del mundo exterior en un interior planificado
en su integridad.
no sólo exige su vendibilidad, sino que la presupone –del mismo modo como los
altos honorarios médicos del psicoanálisis forman parte del proceso de curación
del enfermo, en cuanto hace digna de crédito su voluntad–. Sin embargo, el Palacio
de Cristal, el de Londres – en 1850, que primero albergó las Exposiciones Universales
y luego un centro lúdico consagrado a la “educación del pueblo”, y aún más, el
que aparece en un texto de Dostoievski y que hacía de toda la sociedad un
“objeto de exposición” ante sí misma, apuntaba mucho más allá que la
arquitectura de los pasajes; Benjamin lo cita a menudo, pero lo considera tan
sólo como la versión ampliada de un pasaje. Aquí, su admirable capacidad
fisonómica lo abandonó. Porque, aun cuando el pasaje contribuyera a glorificar
y hacer confortable el capitalismo, el Palacio de Cristal –la estructura arquitectónica
más imponente del siglo XIX– apunta ya a un capitalismo integral, en el que se
produce nada menos que la total absorción del mundo exterior en un interior planificado
en su integridad.
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Peter Sloterdijk,
Walter Benjamin
Ambiente ✆ Ken Gailer Adolfo Vásquez Rocca Universidad Andrés Bello (Chile) – Universidad Complutense de Madrid De los Pasajes a
los Invernaderos de la posmodernidad
electrónica | © 13 de julio de 2007 | Editor: Omar Montilla
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