Lic. Liliana Vásquez Rocca [*]
Resumen:
Este ensayo busca dar cuenta del proceso de globalización, a partir del anuncio que hace Sloterdijk del fin del cosmopolitismo y el surgimiento del ‘provincianismo global’. De la globalización electrónica informática, en la que los hombres superan las distancias, y el mundo vuelve a hacerse más pequeño. También se propone un análisis de las fronteras como configuraciones móviles, la crisis de los Estados Nacionales y la emergencia de un espacio sin sí mismo, esto es, como mero espacio de tránsito.
Palabras Clave:
Globalización, hibridación, cultura, distancia, esfera, espacio, Estado-nación, identidad, frontera.
1.
Peter Sloterdijk en “La última esfera, historia de la globalización terrestre“[1] pone de manifiesto su interpretación del desarrollo de estos procesos desde la época de la colonización hasta lo que él denomina sociedades de paredes finas y que no es otra cosa que el escenario de la época actual marcada por la globalización, que debe ser entendida más allá del sentido clásico de la eliminación de fronteras[2], como un proceso de desterritorialización, un movimiento de descentramiento donde se produce una combinación entre lo geográfico, lo simbólico y lo disciplinario. Las fronteras se vuelven móviles, cambian dependiendo del espacio en el cual se encuentra el individuo.
En el texto referido Sloterdijk presenta una teoría de la reconfiguración del espacio y del tiempo, donde en uno de sus más polémicos planteamientos señala que el problema fundamental de la Filosofía no es el tiempo, sino el espacio. Esto quiere decir, entre otras cosas, que los estudios culturales actuales deben ser una investigación de los espacios y los desplazamientos, esto es, de las formas de tránsito -espacios de tránsito- del ser humano como fugitivo del cosmos. Desde esta perspectiva sloterdijkdiana, acuerdo al proyecto Esferas que no es otro que el de repensar las configuración de espacios y climas donde existe y se desarrolla el ser humano, donde el hombre construye y reconfigura sus relaciones emocionales, protege su intimidad, acaricia sus afectos e hilvana sus historias. El espacio donde enfrenta sus miedos y se arroja a sus proyectos, donde tienen lugar catastrofes y restauraciones inmunológicas, entre una historia de separaciones, asentamientos y repatriaciones -reales y simbólicas.
Liliana Vásquez Rocca
Desde la terminología de Sloterdijk estar en el mundo es vivir en esferas, espacios de relación, climas o atmósferas, “espacios de coexistencia, que se pasan por alto o se consideran comúnmente como dados encubriendo así la información crucial para desarrollar una comprensión de cómo somos los seres humanos. La exploración de las esferas comienza con la diferencia básica que existe entre los mamíferos y otros animales; la comodidad biológica y utópica que los seres humanos intentan reconstruir mediante la ciencia, la ideología y la religión. De estas microesferas (relaciones ontológicas del tipo feto-placenta) a las macroesferas (los macro-úteros, estructuras políticas que adoptan la forma de naciones o de Estados), Sloterdijk analiza así las esferas donde los seres humanos intentan sin éxito morar y refiere a una conexión entre la crisis vital (como la separación narcisista) y las crisis que se generan cuando una esfera estalla”[3].
En este espacio esferológico propuesto por Sloterdijk es donde se va desarrollando el proceso globalizante, que no es de reciente data, sino un cambio que se ha venido gestando desde la colonización de América y la era de los primeros viajes de descubrimiento.
Aquí es fundamental comprender el hecho humano como una historia de la espacialidad y la búsqueda de nuevos lugares, de habitáculos de recambio para el fugitivo del cosmos. Y como correlato de esto el mundo contemporáneo se nos ofrece con su disposición expansiva, donde pareciera que el mundo huye de sí mismo en sí mismo. La paradoja de la globalización es que allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro.
Es curioso que la palabra descubrimiento no aprezca en los diccionarios de Filosofía, cuando es lo que da lugar a toda ulterior pesquiza.
Liliana Vásquez Rocca
2.
Sloterdijk sostiene que una primera y temprana globalización tuvo lugar mediante la colonización que se dio en el siglo XVIII. Dado que en estos procesos de conquista de nuevos territorios el europeo alfabetizado nunca se sintió completamente distante de sus sistemas de sentidos patrios, esto aún cuando se encontrase en una remota isla, fue necesario un elemento que al modo de constelaciones guiara estas nuevas navegaciones ahora existenciales surgiendo así la necesidad de un cielo común, bajo el que pudieran reunirse y -en algún sentido- atenuarse todas las soledades de los primeros exploradores en los confines del nuevo mundo. El sustento que permitió esta globalización, esta integración de un alma y mente común, que además compilara los nuevos saberes y el desarrollo de las incipientes ciencias etnográficas fue -sin duda- la Enciclopedia. La Enciclopedia elimina la sensación de des-ubicación y deriva del ser humano, otorgando seguridad y pertenencia, un reconocimiento, un periscopio, un remanzo contemplativo. “El baldaquín bajo el que se reúnen todas las soledades de los exploradores tenía que ser un fantástico libro integral: un libro de los récords cognitivos en el que no se olvidara a nadie que hubieses destacado como aportador de experiencia y como contribuyente al gran texto de la colonización del mundo”[4]. Esta fue, precisamente la función de la Enciclopedia, servir de interconexión de los nuevos saberes, nuevos mundos híbridos, la contaminación cultural, la pérdida y la reapropiación de sentidos y los nuevos hombres que en lejanas tierras comenzaron a experimentar la extrañeza del mestizaje y la eclosión de los límites del mundo.
En este devenir el ser humano se plantea la tarea de ordenar en una sola mirada abarcante este nuevo conocimiento en gestación, misión -en un primer momento- de lingüistas y etnólogos quienes en una tarea de ingeniería tendieron puentes para lograr encuentros con lenguas extranjeras, posibilitando la expansión del saber de la época a los distintas latitudes de la tierra. Desde esta perspectiva, la de la traducción, existían dos caminos posibles: la imposición por medio de la fuerza de las lenguas de los señores de los feudos o la contaminación por parte pequeñas conspiraciones de lenguajes marginales desde la periferia al centro, penetrando el núcleo del saber europeo por pequeñas asoladas indigenistas -por las lenguas concretas, por el habla ancestral y telúrica de los colonizados- logrando contagiar un virus hipertextual y expansivo en el seno mismo del habla de los así mismos llamados señores.
Liliana Vásquez Rocca
Es así como la traducción se vuelve la clave de los procesos esferopoiéticos concretos y regionales. Uno de los ejemplos más claro de este proceso casi hegemónico fue la traducción de textos de la tradición cristiana. Esta traducción viene a convertirse en una especie de colonización del inconsciente colectivo, de naciones y pueblos, pero la pregunta que surge aquí es si esta traducción no es si no, otro tipo de invasión, ¿es posible traducir culturas sin existir los contextos necesarios para su interpretación idónea? La Biblia, por ejemplo está traducida a más de dos mil cuatrocientas lenguas, pero su contenido habrá sido interpretado de la manera correcta. De qué modo se produce la adaptación de los designios de Dios a cada cultura.
Desde mi punto de vista la expansión del conocimiento ‘oficial’ viene a ser el envoltorio de seguridad para el ser humano de la época, el resguardo del desarraigo del venir al mundo, sin embargo, Sloterdijk hace “estallar la herencia de la ilustración y la creencia en el progreso, proclama el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad de la fatiga nihilista para encarar el mundo contemporáneo, abriendo una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las nuevas tecnologías, incluida la genética, ha cambiado el eje del preguntar filosófico desde el tradicional ¿quiénes somos? al innovador ¿dónde estamos?.”[5].
Liliana Vásquez Rocca
3.
Ahora bien, qué ocurre cuando producto del desarrollo de las nuevas tecnologías y el avance de los medios de comunicación, sobretodo lo que se refiere a Internet y las posibilidades de conexiones que esta herramienta provoca, el mundo se vuelve sincrónico haciendo que se viva un presente común, vemos las noticias al instante en todo el mundo. En tiempos pasados las noticias tardaban días en llevar al último lugar recóndito de la tierra, sin embargo, ahora está presente desde el mismo instante en que están ocurriendo los hechos, es el caso del conflicto israelí, las ganancias de la bolsa de China o la suspensión del gas desde Argentina a Chile. Se nos instala el concepto del “instante”, el momentum como lo define Sloterdijk, como modo de vivencia cotidiana, sin distancias espaciales, el espectro espacio se torna gigantesco. Lo lejano se vuelve cercano. Vivimos en un espacio y tiempo donde las fronteras (terrenales – simbólicas) existen por todas partes, las fronteras pone los límites donde los individuos se pueden mantener dentro o fuera de una zona. Salir de estos límites, sin duda, representa un desafío, presupone un gran riesgo, por eso es que generalmente, los hombres no cruzan las fronteras y se mantienen aislados en una esfera (estable). Sin embargo, con esta movilidad de la frontera, el hombre debe aprender a convivir (sobrevivir) en este espacio cambiante.
En lo que respecta al tiempo, estamos ante unos medios dedicados a fabricar presente, lo que sólo puede producirse mediante el debilitamiento del pasado, de la conciencia histórica, desde esta lógica por ejemplo, las tradicionales plazas de las ciudades de cualquier ciudad del mundo significaban lugares de encuentros sociales, donde se hacía política, el lugar donde se producía la socialización, sin embargo, ahora este espacio ha sido reemplazado por la moda del mall, estas imponentes construcciones modernas, aglutinan a jóvenes y adultos como un bricolaje de la moda mundial. También este debilitamiento se puede ver reflejada en la conciencia políticas donde son evidentes la disminución de los sujetos comprometidos con la discusión y actuación política de su país.
“Cubiertas virtuales han sustituido al imaginado cielo de éter de otros tiempos; mediante sistemas de transmisión la eliminación de la lejanía se ha implementado técnicamente por doquier en los centros de poder y consumo. Desde el punto de vista aeronáutico la tierra se ha reducido a un trayecto en jet de cincuenta horas como máximo; en el caso de las vueltas en torno a la tierra de los satélites y de las circunvoluciones-Mir, se han conseguido unidades de tiempo de noventa minutos y menos; para mensajes de radio y de luz la tierra se ha reducido casi a un punto fijo: rota como esfera temporal-compacta en una mantilla electrónica que la rodea como una segunda atmósfera”[6].
En este nuevo espacio esferológico, Sloterdijk nos plantea la idea que esta globalización (espacio-temporal) arrasa con cualquier pueblo que quiera mantenerse intacto producto de la revolución destructora de la lejanía: la Modernidad। “a causa de su desdichada accesibilidad por los otros agresores, viven en uno y el mismo planeta, en la estrella de los descubiertos”.
Liliana Vásquez Rocca
Es el reino -planetario por lo demás- de lo sincronizado, donde se priorizan los acontecimientos cotidianos sin grandes análisis y que desde la perspectiva comunicacional, buscan el efecto inmediato de la tele-audencia facilista. La convergencia temática que envuelve a este espacio es el de las actualidades. Esto es lo que Sloterdijk llama el despiadado imperativo-día, en donde ya no hay tiempos-afuera, el mundo ha perdido sus sombras.
Cómo entonces, el ser humano reorganiza su estabilidad tensional si sus espacios de tranquilidad y seguridad comienzan a ser invadidos desde fuera (hasta ese momento). Ya su intimidad, su casa a donde regresa todos los días después de deambular por los espacios de tránsito no es el asilo del mundo y su esencia domiciliaria se transforma bruscamente en la del vendedor viajero que vive siempre en trayecto, sin retorno[7], ya no está aislado del mundo externo. Los espacios seguros (en Sloterdijk la interioridad, intimidad) se entremezclan con los espacios extrañamente externos. Para Sloterdijk como no existen las dicotomías (sujeto-objeto, hombre-mundo) los espacios externos e internos se interrelacionan de manera radical. El hombre que se sabe habitante de la tierra, ya sin el techo (hogar, como sustitución de espacio feto-placenta), ante lo infinito y extraño, debe recompensar su antigua seguridad ya perdida por otros medios y paradojalmente utiliza la causa de esta reconfiguración, la globalización que lleva espíritus envolventes.
Luego del recorrido analítico que hace Sloterdijk sobre los distintos fenómenos espaciales hasta llegar a la actual globalización, pregona el fin del cosmopolitismo y plantea el surgimiento del ‘provincianismo global’. “La globalización electrónica informática, en la que -dice Sloterdijk- los hombres superan las distancias, y el mundo vuelve a hacerse más pequeño, porque si la segunda etapa generó el cosmopolitismo, la tercera globalización produce un provincianismo global”[8].
Esta instalación del provincianismo global caracterizado por un mundo sincronizado se caracteriza por la eliminación de la lejanía y la reconfiguración de las culturas locales. Estos cambios se pueden conceptualizar con la construcción de Híbridos y palimpsestos donde se da cuenta cómo los hombres fundan sus identidades en épocas de globalización. Son categorías que proponen en su esencia la heterogeneidad cultural, diferenciando lo que tienen de imaginarios compartidos y diferentes y el carácter conflictivo que los actores globales y locales.
Esta idea de hibridación cultural sustenta una nueva construcción de los imaginarios simbólicos y será objeto de un próximo análisis en una segunda entrega de estas investigaciones en curso.
Por ahora, sólo diremos que en el análisis de la constitución híbrida de las identidades la discusión se trasladará hacia la problemática de la integración, de las transformaciones en las nociones de espacio territorial y cronología temporal, desde dónde se planteará un cuestionamiento de los referentes clásicos y la manera como habitualmente pensamos los procesos de construcción de las identidades bajo la forma de Estados-Nación.
Liliana Vásquez Rocca
Bibliografía
- AUGE, Marc, Los no-lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad, Ed. Gedisa
- BALARDINI, Sergio. De los jóvenes, la juventud y las políticas de juventud. Última Década. Políticas Públicas y Juventud. Tribus Urbanas. Santiago de Chile, Ediciones CIDPA, septiembre de 2000.
- GIANNINI, Humberto, La “reflexión” cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia, Editorial Universitaria, 2004
- KROTZ, Esteban. La Otredad Cultural entre Utopía y Ciencia, Fondo de Cultura Económica, México 2002
- MARTIN BARBERO, Jesús “Nuevos mapas culturales de la integración y el desarrollo“. En Bernardo Kliksberg y Luciano Tomassini (compiladores): Capital social y cultura: claves estratégicas para el desarrollo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. 2000, p. 337.
- MICHAELSEN, Scout y JOHNSON, David, Teoría de la Frontera. Los límites de la política cultural, Editorial Gedisa, Barcelona, 2003.
- SLOTERDIJK, Peter, El desprecio de las masas; Ensayos sobre las luchas culturales de la sociedad moderna, Editorial Pre-textos, Valencia, 2002.
- SLOTERDIJK, Peter,, Pre-textos, Valencia, 2001.
- SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004.
Artículos
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo.
- “Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización” En Eikasia Revista de Filosofía, julio 2006, Oviedo, España. ISSN: 1885-5679
- “Peter Sloterdijk; Microesferas íntimas y úteros fantásticos para masas infantilizadas”, en NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad Complutense de Madrid, | Nº 15 | Enero-Junio 2007, pp. 193-200. http://www.ucm.es/info/nomadas/15/avrocca_microesferas.pdf
- “Sloterdijk y Canetti; El detonante iconográfico y operístico de la política de masas”, en NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad Complutense de Madrid, | Nº 15 | Enero-Junio 2007, pp. 201-214. http://www.ucm.es/info/nomadas/15/avrocca_detonanteiconografico.pdf
[1] SLOTERDIJK, Peter, Esferas II -capítulo 8-
[2] MICHAELSEN, S. Y JOHNSON D., Teoría de la Frontera, Los límites de la política cultural.
[3] VASQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007
[4] SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004, p. 843.
[5] VASQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007, p. 3
[6] SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004. p. 848
[7] GIANINNI, Humberto, La “reflexión” cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia, Editorial Universitaria, 1989, Santiago.
[8] VASQUEZ, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007, p. 9.
Liliana Vásquez Rocca
Lic. Liliana Vásquez Rocca
[*] Licenciada en Comunicación Social, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Periodista. Cursa Postgrado en Filosofía Instituto de Filosofía PUCV.
Ver:
Sloterdijk; De la ontología de las distancias al surgimiento del ‘provincianismo global’ - Liliana Vásquez Rocca
http://www.psikeba.com.ar/articulos/LVR_Sloterdijk_Ontologia_de_las_distancias.htm
-
Filosofía y mundo sincrónico; post-humanismo, globalización y macroesferología en Sloterdijk (pp. 76-8
Liliana Vásquez Rocca http://www.konvergencias.net/lilianavasquezrocca145.pdf
Peter Sloterdijk
Peter Sloterdijk ©Adolfo Vásquez Rocca
Ver:
SLOTERDIJK; ESFERAS, GLOBALIZACIÓN Y ESTORNUDOS METAFÍSICOS Por Adolfo Vásquez Rocca
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