DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA LIBRO: "PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE LA CLIMATATIZACIÓN", IAM, ESPAÑA 2010
DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA LIBRO: "PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE LA CLIMATATIZACIÓN" IAM ESPAÑA
Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización
ESFERAS DE LA POST- HISTORIA
Adolfo Vásquez Rocca
Reseña al Libro: “PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE LA CLIMATIZACIÓN” de Adolfo Vásquez Rocca, Ed. Institució Alfons Magnánim, Valencia, España, 2008.
- La reflexión filosófica contemporánea tiene como gran obsesión o nueva “ansiedad” el tema del espacio. En particular, los trabajos de Peter Sloterdijk han trazado la posibilidad de una “filosofía del espacio” a partir de la deriva antropotécnica del hombre y sus esferas. Para Sloterdijk la esfera se podría definir como la forma de la antropotecnia, esto es, el modo en que el ser vivo hombre deviene como tal. Así, el humanismo, cuyo “tema latente” sería el de la domesticación del hombre basada en la idea de que la “lectura amansa”, constituiría una de los últimas derivas de dicha antropotecnia1. Con ello, Sloterdijk propone una nueva relación entre la vida y la historia articulada a partir de la problemática del espacio.
Escuchando los estertores de Platón, Sloterdijk plantea que el hombre adviene en la forma de una “utopía bio-ontológica” en cuya deriva intenta reconstituir la caverna originaria: la simbiosis materna original, habría sido sustituida históricamente por los sistemas religiosos, los imperios, los Estados nacionales modernos y, hoy día, por el dispositivo informático-espectacular que habría desplegado sus fauces en la forma de una alianza transnacional por la seguridad global2. Así, el proceso de des-esferización que comienza en el animal humano a partir de su separación de la madre, habría culminado en el intento del hombre moderno por construir una esfera a partir de la ilusión que brindan los aparatos de seguridad.
Todos estos sistemas (religiosos, estatales, de seguridad) habrían constituido nuevas esferas a través de las cuales el hombre encontraría una cierta protección. En esta perspectiva vivir no significa otra cosa que crear esferas, abrir nuevas atmósferas y espacializar al mundo para que el hombre que inexorablemente ha dejado atrás la rigidez del mundo animal- pueda tener lugar. “Los hombres –dice Sloterdijk- son seres que se cuidan y se protegen por sí mismos y, vivan donde vivan, generan alrededor suyo el entorno de un parque.”3 O, como bien plantea Adolfo Vásquez Rocca: “Los hombres, nos recuerda Sloterdijk, vivimos en espacios, en esferas, en atmósferas. Vivir es crear esferas.”4 Este problema quizás sitúe a Sloterdijk en una misma esfera filosófica con sus contemporáneos: Michel Foucault, Giorgio Agamben o Jean-Luc Nancy podrían ser perfectamente calificados –aunque de diversos modos- como filósofos de las heterotopías5 o, lo que es igual, como filósofos de las esferas. Pero también, emparenta a Sloterdijk con las reflexiones del jurista alemán Carl Schmitt quien, en Tierra y Mar, un libro escrito allá por los años 50, recordaba que el hombre es, en esencia, un ser “terrestre” mostrando que la crisis epocal se debía a la rotura del nómos marítimo que había estructurado al Ius Publicum Europeaum de cuyos restos Schmitt espera el surgimiento de un nuevo nómos, de una “nueva gran medida”6.
En esta vía, si el problema sloterdijkiano es el de la deriva antropotécnica a través de la cual, el hombre esferiza al mundo, habría que preguntarse por la diferencia entre las esferas que proporcionan cuidado y protección y la figura político-estatal de la soberanía que abogan, cada uno a su modo, tanto Hobbes como Schmitt: ¿no es precisamente esta última la que, no obstante su “artificialidad” (Hobbes) habría proveído de dicha protección, gracias a su capacidad incondicionada por la decisión (Schmitt)? Dicho de otra manera: la deriva antropotécnica ¿se orienta sólo en función de una lógica inmunitaria o su abertura tiene la forma de una vida-en-común?
Es así que el trazado de Sloterdijk a partir del concepto de esferas proyecta al pensamiento a una nueva concepción de lo común. Una comunidad que tensiona la antropotecnia de la domesticación: “(...) la historia de la política más reciente (post-clásica) –plantea Sloterdijk –es una historia de errores de formato. De ellos pueden desprenderse dos cosas: por un lado, que los intentos de producir comunas a gran escala acaban en totalitarismos; por otro, que la desatención a las pequeñas unidades puede conducir a largo plazo a las sociedades modernas a psicopatológicos callejones sin salida. Si Michael Walzer pudo decir que “la izquierda jamás ha entendido la estirpe”, habría que añadir que la derecha nacional jamás ha entendido la diferencia entre Estado y horda. Lo que no ha entendido ninguna de las dos es el hecho de que, con la irrupción de la época del mundo post-agraria, la relación proporcionada entre lo grande y lo pequeño está a la espera de nuevas configuraciones en las que sea posible vivir.”7 Así, el proyecto filosófico sloterdijkiano apunta, pues, al problema de la “pertenencia mutua”, en el paradójico momento post-político de la política. En este sentido, ¿que política puede atender el problema de la mutua convivencia de los “últimos hombres”? Sloterdijk responde: la hiperpolítica, esto es, una política que emerge en el contexto radical de la “ausencia de imperios” y que se presenta como capaz de organizar la vida de los últimos hombres. ¿Es la hiperpolítica aquello que Michel Foucault denominaba biopolítica como ese nuevo “poder sobre la vida” derivado de toda la historia antropotécnica pero falto de cualquier mediación característica de la “política clásica” o estatal?
En el pensamiento de Sloterdijk se articula la relación vida e historia a la luz de su filosofía del espacio. De esta forma, el problema ecológico, la globalización, la arremetida de las masas y, en general, el agudo diagnóstico sloterdijkiano de nuestro presente, configuran la trama de la obra8 introductoria de Adolfo Vásquez Rocca. En este sentido, no habría que dejar pasar el hecho de que este libro se presenta como uno de los primeros libros en lengua castellana dedicadas al pensador alemán. Con ello, el autor pone en discusión una serie de problemas que no sólo pertenecen al horizonte de aquello que se conoce como el debate biopolítico, sino que además, constituye una precisa introducción al singular pensamiento de Sloterdijk.
Desde las esferas, hasta los parques humanos, desde la modernidad como índice de domesticación humanista, a la deriva antropotécnica, desde la complejidad de la helada cósmica hasta el atmoterrorismo.
La post-historia ha traído a luz a la propia pre-historia. Con ello, los “últimos hombres” indicados por Sloterdijk son, a su vez, los primeros. Como tales, los primeros hombres requerirán de un nuevo discurso filosófico, si acaso el término “filosofía” ha de seguir teniendo sentido. Si se quiere, tendrán que crear nuevas esferas.
Ahora bien, la actual diseminación del discurso filosófico ha terminado por transformar a los otrora sistemas en trazos, a la filosofía en literatura y a las verdades en estrategias. En esa nueva esfera a la que se ha desplazado el pensamiento, se encuentra toda la filosofía contemporánea que, como decíamos, podría ser caracterizada como una filosofía heterotópica. En dicha esfera, destellan nuevas vías, interrogan nuevas preguntas y leen nuevos lenguajes: se trata, por sobre todo, de abrir condiciones histórico-filosóficas para una nueva enunciabilidad. Que la esfera filosófica a la cual pertenece Sloterdijk pueda abrir esas nuevas condiciones y de qué modo lo pueda hacer, es algo que, a la luz de la catástrofe planetaria, comporta todo lo que un pensamiento radical puede exigir: urgencia.
Dr. Rodrigo Karmy Bolton
Universidad de Chile
Cuadernos de Filosofía, publicación oficial del Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad de Concepción.
NOTAS Y REFERENCIAS
5 Para Foucault el problema humano era fundamentalmente lo que el denominaba “gubernamentalidad” cuya característica más decisiva consista en la distribución (la oikonomía) de los vivientes. Poblaciones enteras de desplazados, de refugiados, de consumidores, de marginales, abriendo un espacio otro en el seno de las propias urbes. En la deriva de las nuevas heterotopías que distribuye la gubernamentalidad global, la pólis occidental es llevada a su definitiva implosión.
8 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; esferas, helada cósmica y políticas de climatización. Editorial: Edicions Alfons el Magnànim (IAM). Colección Novatores, Nº 28. España, València. 2008 ISBN: 978-84-7822-523-1. Páginas: 221
Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización
Una introducción a Esferas, de Peter Sloterdijk
Peter Sloterdijk; esferas, helada cósmica y políticas de climatización
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Fragmento Si hay algún filósofo atípico en la lista de pensadores más influyentes del siglo XXI este es sin duda el alemán Peter Sloterdijk. Profundo conocedor de la más sólida tradición cultural y filosófica de su país –estudió Filosofía, Germanística e Historia en las universidades de Múnich y Hamburgo– y no en vano se formó bajo el influjo de lo que se ha dado en llamar la segunda generación de la Escuela de Frankfurt. En Sloterdijk concurren también otras tradiciones e influencias: La poética del espacio de Bachelard, Musil, Canetti, Hermann Broch y Spengler. También en Sloterdijk se deja ver el influjo de Nietzsche, particularmente en sus referencias a la crisis del Humanismo que luego con Heidegger asumiría otro designio hermenéutico. Es así como obras de distinto carácter han ido delineando la propia propuesta filosófica de Sloterdijk: desde los escritos bélicos de Jünger hasta el taoísmo y la mística. Esta apertura se hace también extensible a la orientación interdisciplinaria de los textos de Sloterdijk; ellos incorporan ideas, conceptos e intereses procedentes de áreas tan diversas como la antropología, el arte conceptual, la música concreta, la arquitectura, la estrategia militar, el pop, el psicoanálisis, la mitología, la patrística, la mística, la psicología analítica, la biología, la medicina magnetopática o la literatura. Su pasión por la literatura no se limita a convertirla en un objeto de atención filosófica, sino que también la cultiva en los bellos ejercicios estilísticos de su privilegiada pluma. Sloterdijk escribe con una una calidad literaria no vista en Alemania desde los tiempos de Nietzsche, cuestión que en lugar de consagrarlo, paradojalmente, lo ha convertido en un autor bajo sospecha, lo que no resulta extraño en el veleidoso reducto de la filosofía académica. Más aún cuando Sloterdijk es también conductor –junto a Rüdiger Safranski– de un programa de televisión en la cadena pública alemana –ZDF-: "El Cuarteto Filosófico" [Das Philosophische Quartett] –que tomó el nombre del célebre "Cuarteto literario" de Marcel Reich Ranicki– donde tienen lugar debates y análisis político-culturales de actualidad desde una óptica filosófica y estética. El Programa se emite –cada dos meses– el domingo en directo, en horario estelar, con una duración de una hora y se graba en un estudio instalado en la fábrica de cristal que posee el consorcio automovilístico Volkswagen en Dresde. Como si esto no fuera suficiente para dotarlo de cierta heterodoxia, el año recién pasado fue designado miembro de la Academia de las Artes de Berlín junto a otros seis artistas e intelectuales. Peter Sloterdijk rector de una universidad especializada en nuevos medios y diseño –la Hochschule für Gestaltung– en Karlsruhe al suroeste de Alemania, cerca de la frontera francesa, ha sido recientemente candidato al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. |
Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización
A propósito del lanzamiento del libro "Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización", de Adolfo Vásquez Rocca
Si hay algún filósofo atípico en la lista de pensadores más influyentes del siglo XXI este es sin duda el alemán Peter Sloterdijk. Profundo conocedor de la más sólida tradición cultural y filosófica de su país –estudió Filosofía, Germanística e Historia en las universidades de Múnich y Hamburgo– y no en vano se formó bajo el influjo de lo que se ha dado en llamar la segunda generación de la Escuela de Frankfurt. En Sloterdijk concurren también otras tradiciones e influencias: La poética del espacio de Bachelard, Musil, Canetti, Hermann Broch y Spengler. También en Sloterdijk se deja ver el influjo de Nietzsche, particularmente en sus referencias a la crisis del Humanismo que luego con Heidegger asumiría otro designio hermenéutico.
Es así como obras de distinto carácter han ido delineando la propia propuesta filosófica de Sloterdijk: desde los escritos bélicos de Jünger hasta el taoísmo y la mística. Esta apertura se hace también extensible a la orientación interdisciplinaria de los textos de Sloterdijk; ellos incorporan ideas, conceptos e intereses procedentes de áreas tan diversas como la antropología, el arte conceptual, la música concreta, la arquitectura, la estrategia militar, el pop, el psicoanálisis, la mitología, la patrística, la mística, la psicología analítica, la biología, la medicina magnetopática o la literatura. Su pasión por la literatura no se limita a convertirla en un objeto de atención filosófica, sino que también la cultiva en los bellos ejercicios estilísticos de su privilegiada pluma. Sloterdijk escribe con una una calidad literaria no vista en Alemania desde los tiempos de Nietzsche, cuestión que en lugar de consagrarlo, paradojalmente, lo ha convertido en un autor bajo sospecha, lo que no resulta extraño en el veleidoso reducto de la filosofía académica. Más aún cuando Sloterdijk es también conductor –junto a Rüdiger Safranski– de un programa de televisión en la cadena pública alemana –ZDF-: "El Cuarteto Filosófico" [Das Philosophische Quartett] –que tomó el nombre del célebre "Cuarteto literario" de Marcel Reich Ranicki– donde tienen lugar debates y análisis político-culturales de actualidad desde una óptica filosófica y estética. El Programa se emite –cada dos meses– el domingo en directo, en horario estelar, con una duración de una hora y se graba en un estudio instalado en la fábrica de cristal que posee el consorcio automovilístico Volkswagen en Dresde. Como si esto no fuera suficiente para dotarlo de cierta heterodoxia, el año recién pasado fue designado miembro de la Academia de las Artes de Berlín junto a otros seis artistas e intelectuales.
Peter Sloterdijk rector de una universidad especializada en nuevos medios y diseño –la Hochschule für Gestaltung– en Karlsruhe al suroeste de Alemania, cerca de la frontera francesa, ha sido recientemente candidato al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Sloterdijk, célebre por su ya legendaria Crítica de la razón cínica (1983), obra que –según Safranski– “cuenta cómo, tras desenmascaramientos e ilustraciones, la conciencia moderna tomó conciencia de sí y cómo ahora, con correcta conciencia, obra sin embargo incorrectamente''. La recuperación del ideario cínico tiene lugar con el descrédito de las utopías, en la trastienda de la posmodernidad, en el desencanto estético-político ante las sociedades neoliberales. Crítica de la razón cínica puede leerse también como una puesta al día de la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. Sloterdijk suscribe los honestos ideales del cinismo antiguo como una manera de combatir precisamente al cinismo moderno, puesto que desde su punto de vista la teoría critica habría fracasado en su intento por rectificar el rumbo catastrófico en el que la "dialéctica de la ilustración" se había precipitado durante el siglo XX. No se trata –pues– ya del nihilismo en ascenso, ni la metamorfosis de la razón en nuevo mito ni, mucho menos, del dominio de la razón instrumental lo que Sloterdijk describe y denuncia, sino el cinismo difuso de nuestras sociedades exhaustas. Ese “nuevo cinismo” que se despliega como una negatividad madura que apenas proporciona un poco de ironía y compasión, pero que finalmente desemboca en la desesperanza. Un cinismo que Sloterdijk define como “falsa conciencia ilustrada”: la de quienes se dan cuenta de que todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada, la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho.
Pese a todo en Crítica de la razón cínica Sloterdijk presenta un discurso ético comprometido, libre de las falacias y espejismos del humanismo “edificante”, de la antropología filosófica asentada sobre la herencia de la ilustración y la creencia en el progreso. Sloterdijk proclama así el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad de la fatiga nihilista, a la vez que abre una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las nuevas tecnologías, incluida la genética, ensayando –además– una teoría de la intimidad, del espacio interior, así como del exterior más abarcante, para explicar su concepción general del mundo y de la historia.
Filósofo complejo como pocos, crítico, polémico, pero sobretodo “hiperbólico”, Sloterdijk de una gran cultura filosófica, bella retórica –consciente de su afinidad con la música y la arquitectura– y un estilo provocador, enfrenta los problemas de su tiempo con las armas de un fenomenólogo agudo, atento y perspicaz, que desea escribir una “ontología de nosotros mismos”.
Ya en ese brillante Ensayo que es Extrañamiento del Mundo (1993) –de una alcance teórico difícil de dimensionar– se encuentran en marcha las ideas matrices de su Trilogía Esferas (1998 - 2004), allí se pueden apreciar en su génesis, entretejiéndose, en toda su belleza y lirismo. Extrañamiento del mundo es sin duda la mejor obra de Sloterdijk. Por ello no sería casual que obtuviera el Premio Ernst Robert Curtius 1993. Sloterdijk esboza allí con expresiva visualidad poética las ideas que luego desarrollará bajo la temeraria forma del Gran Relato. Sloterdijk no le teme a los Grandes Relatos ni al cristiano, ni al liberal-progresista, ni al hegeliano, ni al marxista, ni siquiera al fascista–, Sloterdijk es un maestro para reconstruir las historias en sus entresijos técnicos, auscultando el detalle para desde allí proyectar un diagnostico epocal con el afán provocador que le caracteriza.
Filósofo complejo como pocos, crítico, polémico, pero sobretodo “hiperbólico”, Sloterdijk de una gran cultura filosófica, bella retórica –consciente de su afinidad con la música y la arquitectura– y un estilo provocador, enfrenta los problemas de su tiempo con las armas de un fenomenólogo agudo, atento y perspicaz, que desea escribir una “ontología de nosotros mismos”.
Ya en ese brillante Ensayo que es Extrañamiento del Mundo (1993) –de una alcance teórico difícil de dimensionar– se encuentran en marcha las ideas matrices de su Trilogía Esferas (1998 - 2004), allí se pueden apreciar en su génesis, entretejiéndose, en toda su belleza y lirismo. Extrañamiento del mundo es sin duda la mejor obra de Sloterdijk. Por ello no sería casual que obtuviera el Premio Ernst Robert Curtius 1993. Sloterdijk esboza allí con expresiva visualidad poética las ideas que luego desarrollará bajo la temeraria forma del Gran Relato. Sloterdijk no le teme a los Grandes Relatos ni al cristiano, ni al liberal-progresista, ni al hegeliano, ni al marxista, ni siquiera al fascista–, Sloterdijk es un maestro para reconstruir las historias en sus entresijos técnicos, auscultando el detalle para desde allí proyectar un diagnostico epocal con el afán provocador que le caracteriza.
En Esferas a su vez –su opus magnum– Sloterdijk lleva a cabo una reconstrucción de las etapas de nuestra historia como habitantes de esferas, el tránsito desde el pliegue o clausura de la que el ser humano surge al estallido del espacio donde se ve psicológicamente expuesto y vulnerable. Así Sloterdijk transita del espacio más íntimo al más extenso y abarcante, donde se patentiza un extraño impulso a lo inmenso e inquietante.
Esta filosofía que se ubica bajo la imagen de la esfera y que da pábulo a todo tipo de asociaciones en torno a burbujas de aire, pompas de jabón y a fenómenos inanes, inestables, casi privados de objetividad, se sitúa ya de un modo consciente en una zona marginal del espacio acotado en términos académicos y culturales, jugando con la fantasía de aligerar el centro desde la periferia:
Esta filosofía que se ubica bajo la imagen de la esfera y que da pábulo a todo tipo de asociaciones en torno a burbujas de aire, pompas de jabón y a fenómenos inanes, inestables, casi privados de objetividad, se sitúa ya de un modo consciente en una zona marginal del espacio acotado en términos académicos y culturales, jugando con la fantasía de aligerar el centro desde la periferia:
Una pompa de jabón es una película muy fina de jabón y agua que encierra a una esfera hueca y exhibe una superficie iridiscente. Normalmente las pompas de jabón duran solo unos segundos y luego estallan por sí solas o por contacto con otro objeto. A menudo se usan como objeto de juego para los niños, pero su uso en espectáculos artísticos demuestra que también pueden ser fascinantes para los adultos. Las pompas de jabón pueden ayudar a resolver problemas matemáticos complejos sobre el espacio, ya que siempre buscan la menor área de superficie entre puntos o aristas.
La teoría de las esferas es así un instrumento morfológico que permite reconstruir el éxodo del ser humano de la simbiosis primitiva al tráfico histórico-universal en imperios y sistemas globales como una historia coherente de extraversiones; ella reconstruye el fenómeno de la gran cultura como la novela de la transferencia de esferas desde el mínimo íntimo, el de la burbuja dual, hasta el máximo imperial, que había que representar como cosmos monádico redondo. Si la exclusividad de la burbuja es un motivo lírico, el de la inclusividad del globo es uno épico.
Su imaginario se nutre de metáforas épicas, propias del aliento de los grandes relatos. Sus imágenes son tributarias al imaginario de la navegación y al de la bóveda celeste, perfectamente esférica, visión de un mundo ordenado y armónico que Aristóteles trasmitió a la Edad Media. Los ciudadanos de la época moderna tuvieron luego que acomodarse a una nueva situación en la que, con la ilusión de la posición central de su patria en el universo, desapareció también la imagen consoladora de que la tierra estaba envuelta por bóvedas esféricas a modo de cálidos abrigos celestes. Desde entonces, los seres humanos de la época moderna tuvieron que aprender a arreglárselas para existir a la intemperie, expuestos al nuevo aliento frío de fuera. El ser humano descascarado desarrolla su psicosis epocal respondiendo al enfriamiento exterior con el desarrollo de curiosas políticas de climatización. Al análisis de la conexión entre las crisis vitales y los intentos fracasados de conformar espacios habitables; así como a las catástrofes que acontecen cuando una esfera estalla, como sucedió –precisamente– con el giro copernicano, es a lo que se avocará de modo principal este Libro.
Desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con “la clausura en la madre”, todos los espacios de vida humanos no son sino reminiscencias de esa caverna original siempre añorada de la primera esfera humana. Sloterdijk comienza así su relato desde la primera esfera en que estamos inmersos, con la “clausura de la madre”. Pertenece al drama de la vida el que siempre haya que abandonar espacios animados, en los que uno esta inmerso y seguro, sin saber si se va a encontrar en los nuevos un recambio habitable. El primer traslado, exilio o extrañamiento, el primer acto del drama, pues, sucede con el nacimiento. ¿Dónde venimos cuando venimos “al mundo”?, pregunta Sloterdijk. El modo de afrontar el mundo fuera del seno materno viene determinado de manera difícilmente analizable por los restos de memoria prenatales. Todos hemos habitado en el seno materno un continente desaparecido, una “íntima Atlántida” que se sumergió con el nacimiento, no en el espacio, desde luego, sino en el tiempo, por eso se necesita una arqueología de los niveles emocionales profundos.
La teoría de las esferas es así un instrumento morfológico que permite reconstruir el éxodo del ser humano de la simbiosis primitiva al tráfico histórico-universal en imperios y sistemas globales como una historia coherente de extraversiones; ella reconstruye el fenómeno de la gran cultura como la novela de la transferencia de esferas desde el mínimo íntimo, el de la burbuja dual, hasta el máximo imperial, que había que representar como cosmos monádico redondo. Si la exclusividad de la burbuja es un motivo lírico, el de la inclusividad del globo es uno épico.
Su imaginario se nutre de metáforas épicas, propias del aliento de los grandes relatos. Sus imágenes son tributarias al imaginario de la navegación y al de la bóveda celeste, perfectamente esférica, visión de un mundo ordenado y armónico que Aristóteles trasmitió a la Edad Media. Los ciudadanos de la época moderna tuvieron luego que acomodarse a una nueva situación en la que, con la ilusión de la posición central de su patria en el universo, desapareció también la imagen consoladora de que la tierra estaba envuelta por bóvedas esféricas a modo de cálidos abrigos celestes. Desde entonces, los seres humanos de la época moderna tuvieron que aprender a arreglárselas para existir a la intemperie, expuestos al nuevo aliento frío de fuera. El ser humano descascarado desarrolla su psicosis epocal respondiendo al enfriamiento exterior con el desarrollo de curiosas políticas de climatización. Al análisis de la conexión entre las crisis vitales y los intentos fracasados de conformar espacios habitables; así como a las catástrofes que acontecen cuando una esfera estalla, como sucedió –precisamente– con el giro copernicano, es a lo que se avocará de modo principal este Libro.
Desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con “la clausura en la madre”, todos los espacios de vida humanos no son sino reminiscencias de esa caverna original siempre añorada de la primera esfera humana. Sloterdijk comienza así su relato desde la primera esfera en que estamos inmersos, con la “clausura de la madre”. Pertenece al drama de la vida el que siempre haya que abandonar espacios animados, en los que uno esta inmerso y seguro, sin saber si se va a encontrar en los nuevos un recambio habitable. El primer traslado, exilio o extrañamiento, el primer acto del drama, pues, sucede con el nacimiento. ¿Dónde venimos cuando venimos “al mundo”?, pregunta Sloterdijk. El modo de afrontar el mundo fuera del seno materno viene determinado de manera difícilmente analizable por los restos de memoria prenatales. Todos hemos habitado en el seno materno un continente desaparecido, una “íntima Atlántida” que se sumergió con el nacimiento, no en el espacio, desde luego, sino en el tiempo, por eso se necesita una arqueología de los niveles emocionales profundos.
Así en la filosofía de Sloterdijk se pueden encontrar una multiplicidad de escenificaciones y actores que representan el drama indistinto de naturaleza y cultura; en la historia de los procesos antropotécnicos Sloterdijk introduce en sus relatos todo aquello con lo que el hombre convive cotidianamente, a saber: signos, señales, símbolos, máquinas, herramientas, animales, plantas, virus, bacterias, textos, obras de arte, museos, prótesis, intervenciones quirúrgicas, fármacos; a lo que se debe sumar la irrupción de los artefactos tecnológicos en las nueva configuración de la vida humana. La historia de esta cohabitación con elementos cuyo estatuto ontológico no ha sido suficientemente aclarado es el desafío de la filosofía de Sloterdijk. Bajo esta perspectiva, el mismo estatuto ontológico del hombre no está claro; en este sentido, Sloterdijk entiende al hombre como una deriva biotecnológica asubjetiva que vive hoy un momento decisivo en términos de política de la especie. De allí la crisis del humanismo y el reclamo por parte de Sloterdijk de una nueva constitución ontológica que tenga en cuenta a los otros seres humanos, a los animales y las máquinas, esto suscitará ásperas controversias que serán abordadas en la presente obra. Baste sólo mencionar la polémica con Habermas, disputa semi-velada en torno a las posibilidades tecnológico-genéticas de mejora del ser humano. Este debate no ha sido sino la secularización posmetafísica del viejo problema del Humanismo, a saber el de la domesticación del ser humano.
El campo de resonancia del pensamiento de Sloterdijk, como se ve, es extremadamente amplio y complejo, sin embargo su modo de abordar los problemas de nuestra época crítica es lúcido y original, erudito a la vez que inventivo, lo que lo ha convertido en un autor imprescindible para entender nuestro tiempo, esto pese a que la administración de la cultura no sepa aún muy bien dónde clasificarlo.
* Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, de Adolfo Vásquez Rocca. Edicions Alfons el Magnànim (IAM). Colección Novatores, Nº 28. España, València. 2008. COMPRA AQUI EL LIBRO.
Adolfo Vásquez Rocca. Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Director de Revista Observaciones Filosóficas . Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. .
Dr. Adolfo Vasquez Rocca Filosofía contemporánea
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Pontificia Universidad Católica de ValparaísoUniversidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, mención Filosofía Contemporánea y Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis – Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV. –Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado a la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. – Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012
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